miércoles, 5 de agosto de 2015

Espacio lector: Los que duermen, Juan Gómez Bárcena.

Los que duermen
 Juan Gómez Bárcena

Descubrí a este escritor hace unos meses pasando las páginas de la revista Leer. El artículo se titulaba “Los 30 de los 30”. Después de leerlo y hacer una lista con los libros y autores que quería conocer, compré El cielo de Lima. Esta fantástica novela me hizo disfrutar de la lectura como no lo había hecho en mucho tiempo. Tras la resaca que me dejó este sabroso cóctel de literatura, unos días atrás compré En las nubes el libro de relatos Los que duermen.

Los que duermen, Juan Gómez Bárcena.
Editorial Salto de Página. 
En unas 120 páginas divididas en 15 relatos, Gómez Bárcena hace de la Historia Literatura y sus tiempos pasado, presente y futuro confluyen con maestría relato tras relato.  Hay quien dice que es importante conocer la Historia para poder conocernos a nosotros mismos, y este joven escritor ha sabido trabajar en sus relatos esta idea, ya que el tiempo de las narraciones solo es un pretexto para hablar del hombre, de su existencia y sus miedos. Demuestra de forma aplastante que siglo tras siglo nuestra naturaleza sigue siendo la misma. Ahora, abróchense los cinturones. El viaje va a comenzar.

Con “Cuaderno de bitácora” Gómez Bárcena hace despegar la nave del tiempo en la que nos sitúa a los lectores y conduce nuestra imaginación hasta el año 1564 a través de una crónica de Indias, en la que un conquistador narra el descubrimiento de una tribu en la que se comerciaba con las palabras. Tras esta historia, continúa nuestro viaje para conocer a la joven reina Bandica, que por amor a un muerto concibió la locura de viajar en el tiempo; así nace “Fábula del tiempo”. Después, nos trasladamos al antiguo Egipto con “La leyenda del rey Aktasar”. En “El regreso” el culto a una diosa es el detonante para volver a nuestro leitmotiv. En mitad de este viaje, Gómez Bárcena, el piloto de nuestra nave, decide ofrecernos un paseo por la Guerra de Troya donde Aquiles huye de la guerra intentando cambiar su destino convirtiéndose en “El mercader de betunes”. Pero el viaje continúa y volamos hasta el siglo XII para encontrarnos con “La virgen de los cabellos cortados”. La leyenda de “Zigurat” será el final de esta etapa en nuestro viaje.

Con este panorama, entramos en la segunda parte del libro (y de esta aventura) y Gómez Bárcena nos quiere presentar al “Padre fundador de Alemania”, que fue encontrado en 1937 por dos excursionistas en el mismo lugar donde fue sacrificado 2000 años atrás. Tras visitarlo, descubrimos que “Hitler regala una ciudad a los judíos” allá por 1944 y lo haría cubriendo con tulipanes un campo de concentración. Y, por fin, conocemos a “Los que duermen”, relato que da título al libro y en el que narra la historia de un vigilante de seguridad que trabaja en un museo donde descansan unas ochenta momias. Volvemos a despegar en nuestra nave para trasladarnos al presente y a lo cotidiano con “Las buenas intenciones”. Allí encontramos a una mujer que cuida a su madre enferma de alzhéimer y que, para hacer más llevadera esta enfermedad, inventa historias que le hacen confundir su propio pasado y su existencia. De este modo, volvemos a 2012 en “Como sí”, donde los hombres vivían esperanzados por el pasado sin recordar nada de su futuro; como si el mundo empezara con ellos.

Nuestro piloto cambia ahora las coordenadas y nos lleva a un futuro con relatos que rozan la ciencia ficción para hablar de lo absurdo de la inmortalidad y del paso del tiempo. Aterrizamos en el año “2374” donde un hombre de 2012 despierta tras haber sido congelado. Nos informan por megafonía que el viaje está a punto de terminar. Así, nuestra nave comienza a descender con “La espera” donde el mito de la creación cambia de protagonistas y los humanos serán vistos como dioses por los pobladores de nuestro planeta, los androides.

        El lector ya puede desabrocharse el cinturón. El viaje ha terminado. El tiempo transcurrido entre las páginas de este libro se diluye junto con nuestra lucha contra la existencia. 
 María F. Marín




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